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martes, 28 de mayo de 2013

..........Las fábricas españolas en la segunda mitad del s.XIX

A pesar de que en el año 1842 se liberalizó la fabricación de refrescos, la implantación de este tipo de empresas fue muy lenta en España.
Las "Estadísticas administrativas de la Contribución Industrial y de Comercio" de 1856 y 1863 nos dan 10 y 32 fabricantes en toda España respectivamente, con claro predominio de Barcelona, que cuenta con 7 y 12 establecimientos.
A partir de ahí, gracias a los“Anuarios del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración” de Bailly-Baillière y de los "Anuarios Riera", podemos ir estudiando la evolución de esta industria. En 1879, treinta y siete años después de J.Naully y Ansaldi, salvo en Madrid y Barcelona, que contaban con 22 y 14 establecimientos respectivamente, apenas había fábricas en el resto del país. Las que existían estaban muy repartidas geográficamente y no necesariamente coincidían con capitales de provincia o ciudades importantes. Aún así, la ciudad de Lérida contaba con cuatro fábricas e incluso la población turolense de Alcañiz vio nacer su primer establecimiento de este tipo en 1876.
A pesar de todo, la expansión era evidente y así, en 1888, Madrid y Barcelona mantenían sus establecimientos y prácticamente no  había ciudad de cierta entidad que careciera de su fábrica de bebidas gaseosas.  Además,  muchas de las empresas existentes en la época contaban con sucursales (fábricas o despachos) en ciudades alejadas: baste como ejemplo la fábrica catalana de Magín Morgades que tenía fábrica en Sevilla, o la del también barcelonés Antonio Bragulat que contaba con depósito de sus productos en Soria.


Anuncios de fábricas madrileñas en el Anuario Bailly-Baillière de 1879
Las razones de esta lentitud en la implantación de fábricas en España hay que buscarlas en la falta de una industria nacional de producción de maquinaria y de envases, tanto sifones como botellas de vidrio, también muy demandadas por la industria cervecera que comenzó a implantarse en esos tiempos.
Cierto es que las grandes empresas francesas como Hermann-Lachapelle, Guéret, Gilles, Mondollot, etc. se anunciaban profusamente en la prensa española de la época, pero cabe suponer que la importación de todos los elementos, maquinaria y envases, encarecida por los gastos de transporte y aranceles aduaneros, debía exigir una nada despreciable inversión de capital en su instalación. Tendría que llegar el s.XX para que todos estos condicionantes desaparecieran y la industria de las bebidas gaseosas despegara hasta llegar a contar con un número elevado de establecimientos, de forma que en 1950 existían en España más de 5.000 fábricas de este tipo.


Publicidades francesas en los anuarios españoles
 Fuentes: Hemeroteca Biblioteca Nacional de España
             Hemeroteca Prensa Histórica Ministerio de Cultura      
             http://www.ub.edu/rhi/es/biblioteca-digital-de-historia-industrial-y-empresarial.html                  

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