Cuando, hace 10 años, el Centro de Estudios Literanos me encargó la redacción de un artículo que recogiera el recorrido de las antiguas fábricas de sifones y gaseosas de la comarca de la Litera (Huesca) me di cuenta de que, en general, la historia de las bebidas carbónicas en España estaba llena de vaguedades, imprecisiones e inexactitudes, cuando no directamente manipulada por los intereses de algunas marcas.
Esa fue la principal razón de ser de este blog, poner un poco de orden en este mundo y concretar, de la forma más precisa posible (recurriendo a anuarios y hemerotecas), cuándo nacieron los refrescos en España, quiénes fueron sus primeros artífices, cómo se presentaban ante los consumidores, cómo evolucionó su fabricación y cómo fue su penetración en la sociedad española.
Pero, además, el blog contaba con otra razón de ser y era la de servir de punto de encuentro a curiosos, coleccionistas y nostálgicos para poder, así, recuperar la historia de las miles de fábricas que hubo en España y de los envases que produjeron. Y es que el oficio de «gaseosero», hoy en día en vías de extinción, estuvo presente en prácticamente cada pueblo y definió una forma de vida que era compartida por toda su familia. No podemos olvidar, además, que los productos que elaboraba despiertan la nostalgia de los que conocimos esa época, porque, al estar asociados a momentos especiales, constituían una promesa de efímera felicidad.
En esta entrada, al celebrar a la vez los 10 años del blog y sus 500 000 visitas, puedo decir que, aunque todavía queda mucho trabajo que hacer, el objetivo se está cumpliendo y hoy en día este blog se ha convertido en una referencia bibliográfica indiscutible para todos aquellos artículos y blogs (y algún medio de comunicación) que quieren recuperar la memoria de esta industria, además de aparecer también como referencia en trabajos académicos de temáticas diversas y ser consultado por coleccionistas y anticuarios.
Pero esto no habría sido posible sin la colaboración de todos los que habéis confiado en mí para enviarme vuestras vivencias y recuerdos, y también la de todos los que, con vuestros comentarios, habéis completado el contenido de las entradas. Colaboradores imprescindibles han sido también un buen puñado de coleccionistas que me han hecho partícipes de sus joyas e informaciones para que yo pudiera utilizarlas y también algún curioso incondicional, compañero de inquietudes carbónicas (y aquí tengo que citar a Miguel Ángel Martínez Coello), que ha querido compartir aquí sus escritos.
Sin embargo, incluso con toda esa ayuda, nada tendría sentido sin el interés de los seguidores de este blog y de sus visitantes ocasionales, así que:
A todos vosotros…. ¡¡¡¡¡¡¡ MEDIO MILLÓN DE GRACIAS!!!!!!
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