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domingo, 30 de marzo de 2014

..........Tónica, Ginger beer y Ginger Ale en España

Estos tres refrescos hoy en día están de moda en España como mixers, es decir, combinados con cualquier destilado para la realización de estupendos cócteles, pero no son nuevos ni su presencia en España es reciente.

Antes de hablar de su primera presencia en nuestro país, vale la pena hablar un poco de su historia.

La tónica, de la que es bien sabido que era consumida por los soldados ingleses destinados en Asia por su alto contenido en quinina, que ayudaba a tratar los efectos de la malaria, fue patentada y producida por primera vez por el londinense Erasmus Bond en 1858, y fue presentada en la Exposición Universal de 1862. Ocho años más tarde, fue también embotellada por la factoría Schweppes, que la daría a conocer por todo el mundo.

La ginger beer, literalmente cerveza de jengibre, también tiene un origen inglés, y la primera referencia escrita que se tiene de ella aparece en el libro Practical Treatise on Brewing, de 1809. Se calcula que comenzó a producirse a mediados del s.XVIII. Inicialmente se componía de agua, jengibre y azúcar, a los que se añadía un compuesto llamado "Ginger Beer Plant", que estaba formado por una levadura y una bacteria y que iniciaba un proceso de fermentación del jengibre y el azúcar, produciéndose de esta manera dióxido de carbono y algo de alcohol. La posibilidad de que se produjera una segunda fermentación y estallara, hizo que la botella típica de ginger beer fuera de gres. En los refrescos industriales de esta bebida no se produce esta fermentación, y por lo tanto no contienen alcohol, aunque persiste el  aroma de jengibre y distintos edulcorantes.

El ginger ale tiene un origen todavía más oscuro. En realidad los tónicos caseros hechos con jengibre, dadas las importantes propiedades de esta raíz, eran muy comunes en Gran Bretaña e Irlanda en 1840. De ahí a que a alguien se le ocurriera hacer lo mismo con agua carbonatada, no había más que un paso. Parece ser que en Nueva York ya se producían sodas con jengibre en 1850, mientras que otras fuentes señalan a Belfast como su cuna. Su composición básica está formada por agua mineral, jengibre, azúcar y limón.

De estos tres refrescos, tan populares en los países anglosajones, el primero en llegar a España fue la ginger beer que, con esa facilidad para el idioma inglés que nos fue dada a los españoles, fue bautizada como "yingivia". Podemos leer en La Revista de España, en enero de 1875, lo siguiente:

"¡La Yingivia! Con el inaudito nombre de la Yingivia se está ahora distribuyendo en los cafés de Madrid el ginger-beer o cerveza de ajengibre, de que tanto uso hacen los ingleses como refresco. A las cualidades de tal reune las de tónico moderado, que no irrita y un sabor picante que no enardece la sangre"

Sin embargo, no debió tener demasiado éxito entre el público español, porque apenas aparecen más referencias a esta bebida y no parece que ningún fabricante español se dedicara a producirla. A pesar de todo, el hecho de que a comienzos del s.XX hubiera un representante de la casa Schweppes en Madrid, como veremos más adelante, hace suponer que todavía se podía encontrar esta bebida en España en ese período.

El ginger ale apareció en 1896, como ¡cerveza!:

La Dinastía (Barcelona) 14/09/1896

Y como cerveza continuaría durante muchos años más, como se puede ver en este anuncio de La Vanguardia de Barcelona de 01/01/1927



Lo cierto es que, a diferencia de la ginger beer, el ginger ale vino para quedarse y, desde esos primeros años, siempre se ha podido hallar en España, primero como artículo de importación y después producida en nuestro país. Sin ser una bebida de consumo masivo, ha resultado imprescindible en combinados, especialmente con el whisky y en los primeros años del s.XX aparece profusamente ofertada.

En 1928 un ginger ale era embotellado por la familia Duffo, que además de la gaseosa El Rayo o los refrescos Samsón, era en aquellos tiempos una de las primeras concesionarias de Coca-Cola en España. Seguramente no sería la única y serían más las fábricas que se dedicarían a embotellar este refresco. En los años 40, Aguas Carbonatadas de Madrid S.A. incluso registró "ginger ale" como marca y se anunció profusamente durante esa década y la siguiente. En el 57, la irrupción de Schweppes, que vino a España también de la mano de la familia Duffo,  trajo también consigo la aparición de su ginger-ale.



Hoja oficial del lunes, 23/12/1946

En cuanto a la tónica (primeramente llamada "agua tónica"), seguramente se conocería también pronto pues, como se ha comentado, Schweppes tenía un distribuidor en España en 1911:

Anuario del comercio, de la industria, de la magistratura y de la administración Bailly-Baillière, 1911

Sin embargo no calaría mucho, porque en realidad no hay ninguna referencia a esta bebida hasta que, en 1957, se embotellara Schweppes en España y se realizara una gran campaña publicitaria introduciendo esta bebida, campaña que también ayudaba a la correcta pronunciación de esta marca:




La tónica también apareció para quedarse y muchas pequeñas marcas y otras grandes como Mirinda, embotellaron su propia tónica, convertida en refresco popular que no solamente se consumía como mixer, sino también sola, y a la que se atribuían ciertas propiedades digestivas.

Todo esto que se ha comentado es válido para la España peninsular porque hay que señalar que en Canarias dispusieron de depósito de Schweppes durante las primeras décadas del s.XX y toda la gama de esta marca, que incluye las bebidas aquí descritas, estuvo presente.



La Prensa (Sta.Cruz de Tenerife) 26/09/1922

Fuentes:
Hemeroteca de La Vanguarida
Hemeroteca Prensa Digitalizada del Ministerio de Cultura
Hemeroteca Biblioteca Nacional de España
www.gingeraleauthority.com
www.gingerbeerbrewing.net
History Soft Drinks. Colin Emmins. Shire Album. Shire Publications Ltd. 1991



lunes, 24 de marzo de 2014

..........Gaseosas Cid, de Cortiñas (Ourense)





Artículo escrito por Miguel Ángel Martínez Coello y publicado en El Faro de Vigo el 30/03/2014



En los albores del 1900 nace en Cortíñas (Ourense) José Cid Pérez, hombre de naturaleza inquieta que desde muy joven siente la inquietud de asumir el reto constante de acometer desafíos para mejorar el nivel de vida. Entre otras actividades, comienza como cortador de pinos en los montes, actividad que conjuga montando un salón baile en Cortiñas animado únicamente por una gramola marca Victor La voz de su amo, (la del anagrama del perrito escuchando al lado del altavoz), que todavía conserva su hijo Oscar Cid Pérez, fruto del matrimonio con su segunda mujer Josefa Rodriguez Crespo, continuador de Gaseosas Cid. Gran aficionado a la caza, en la que había sufrido un accidente en una mano de la que sólo conservaba dos dedos, no impidió que se embarcara en lo que constituyó el fuerte de su carrera emprendedora con una de las primeras fábricas de gaseosas de la provincia de Ourense. En el año 1945, pone en marcha su fábrica de gaseosas con el nº de fabricante 3905 de la provincia de Orense, muy cerca del lugar que todavía fabrican, y donde todavía existen el pozo y las dependencias primitivas de la fábrica, que amablemente me mostró facilitándome las fotografías y envases que reflejo en ésta crónica. D. José Cid, comenzó la fabricación de gaseosas con una máquina de llenado manual que fue a comprar a la prestigiosa empresa Vázquez del Saz en Madrid dedicada a la fabricación de maquinaria y materiales auxiliares para la industria de las empresas envasadoras de bebidas y equipamiento para hostelería de aquel entonces. En aquel comienzo, la fabricación era de 10 cajas de 24 botellas a la hora. El jarabe, compuesto básicamente por sacarina, esencia de limón, de cítrico, dulcina, y algún que otro ingrediente más que se añadía al agua de la botella era uno de los secretos que todo gaseosero guardaba con celo, porque el resultado era el sabor característico que cada fabricante conseguía atendiendo al gusto de su clientela. Elaboraban dicha fórmula de sabor en un recipiente que posteriormente pasaban a garrafones para dosificar mejor su contenido que realizaban con un cacito, botella por botella. Además de la gaseosa tradicional, elaboraban refrescos de naranja, de limón y de café, una invención ésta última de bebida gaseosa con café que tuvo bastante éxito en su tiempo. También embotellaron sifones con Seltz, éstos sin serigrafía. En los comienzos de su fabricación de gaseosas, el reparto lo hacía él con un caballo que tiraba de un carro en un radio de unos 10 kilómetros a la redonda y ya en los últimos tiempos el reparto se hacía con un camión Ebro. El envase más utilizado al principio fue el de 400 cc que provenía en su mayor parte de Barcelona, pasando a la botella de litro a comienzos de los años 60  del pasado siglo que se fabricaba en Vanosa en Vigo.
 
Las tres variantes de gaseosa
 
 
 
 José Cid no quiso jubilarse, deseaba vivir de lo que trabajando podía ganar porque  no quería depender de un subsidio ni ser carga para el estado y por ello no dejó de trabajar hasta que llegó su hora. Un detalle curioso en la serigrafía de las botellas  fueron los errores en los anagramas de gaseosas Cid, debidos al error en la nomenclatura de la toponimia Cortiñas que está impresa en el anagrama de la marca, en las que unas veces imprimían Curtiñas y otras Crotiñas en vez del consabido Cortiñas, que como consecuencia, ésta rareza en la serigrafía de las botellas dio lugar a la búsqueda de botellas con éstas características parte de los coleccionistas y amantes del arte e historia de las gaseosas. Oscar Cid, hijo del pionero y emprendedor de Gaseosas Cid continúa la fabricación de gaseosas y sifones con sus hijos  David, Oscar y Sonia  que perpetúan unas de las empresas de fabricación de gaseosas con más arraigo en la provincia de Ourense
 


Óscar Cid ante la fábrica
 

domingo, 23 de marzo de 2014

..........El Auto-Sifón Altisent

No cabe duda de que Antonio Altisent era un hombre emprendedor. Fundador en 1912 de la revista ARS, "Revista Mensual de Arte y Literatura", era poseedor además de varias patentes: una máquina doméstica para fabricar hielo, un utensilio para hinchar ruedas de bicicleta y un procedimiento para la fabricación de envolventes o estuches de corcho para cintas. Además de eso, parece que también tenía patentado un modelo de sifón que funcionaba a base de cápsulas y que denominó "Auto-sifón Altisent", que estaba fabricado con cristal de Bohemia y que contaba con una funda desmontable que podía estar hecha de distintos materiales, y que vendió por toda España según consta en publicidades que nombran a todos sus clientes. Sin embargo, el hecho de que fuera una patente propia no está confirmado y sus modelos se parecen sospechosamente a los de la casa francesa "Auto-Siphon".

Los principios de este nuevo modelo fueron vacilantes, pues en un anuncio aparecido en 1912 se afirma que se han corregido los problemas iniciales, cambiándose de forma gratuita los antiguos sifones y sus cápsulas por un nuevo modelo.

Además de los sifones para consumo doméstico, contaba con otro tipo de sifones más apropiados para su utilización en hostelería, colegios, hospitales o establecimientos situados en pequeñas poblaciones en los que no había otro tipo de fábricas. Este tipo de sifones se llenaban con un cargador que también es sospechosamente similar al de la citada fábrica "Auto-Siphon", y no muy distintos a los que "Prana Sparklets" comercializaba. El Sr.Altisent animaba a la venta de sifones fabricados de esta forma, prometiendo importantes beneficios a las pequeñas industrias que lo hicieran. También se encargaba de proporcionar extractos para aromatizar el agua de Seltz e incluso para convertirlo en "champagne".

Encontramos su publicidad en prensa catalana y madrileña en el período comprendido entre 1911-1914. Posiblemente su comercialización no iría más lejos porque su precio y el de sus cápsulas resultaban sensiblemente más caros que los "Prana sparklets" que también se comercializaban en ese período.

Aquí os dejo algunas de esas publicidades:

La Vanguardia, 17/09/1911

Revista ARS, nº 7, 1912



Revista ARS nº 3  1912

Revista ARS nº3  1912



Revista ARS Num.3 1912

Fuentes:
Hemeroteca Biblioteca Nacional de España
Hemeroteca de La Vanguardia
Depósito Digital de Documentos de la UAB

viernes, 21 de marzo de 2014

..........Gaseosas y refrescos Sapa, de Verín (Ourense)





Artículo escrito por Miguel Ángel Martínez Coello, publicado en el Faro de Vigo el 10/11/2013




En Verín, como ocurre en cualquier parte de Galicia, si preguntas por Francisco Rodríguez Sousa, con toda seguridad nadie te sabrá dar una respuesta afirmativa, pero si preguntas por "Sapa", hasta el último gato sabrá de quién se trata. Pues bien, ocurrió que Francisco Rodríguez Sousa ostentaba tal apodo desde no se sabe cuándo, razón por la que se le conoce por "Sapa" en todo el orbe. Este buen señor compró la primitiva fábrica de gaseosas -por aquel entonces tenía una producción de 20 cajas-, a Carlos Blanco que se marchó a Canarias. Desde ese momento la fábrica de gaseosas pasó a denominarse Sapa, hasta su cierre en la década del 2000.


Anverso y reverso de la gaseosa Sapa

El número de fabricante concedido a Francisco Rodríguez Sousa fue el 3929 de Ourense. Esta etapa se inició con la fabricación de hielo en barras, a la par que fabricaba gaseosas y sifones que repartían al principio con carros tirados por animales, más tarde en motocarro y posteriormente con dos camiones: un Leyland, un Perkins y una furgoneta Mercedes.
La primera fábrica estaba ubicada entre la rúa Maior y Luis Espada detrás del Cine Oterino y tenía la salida por el callejón donde estaba el cuartel de la Guardia Civil.
En 1975 se trasladaron a una nueva ubicación en la que residieron hasta su cierre llegando a producir en al año 1975 200.000 cajas de gaseosas. Fabricaban gaseosas de litro en cajas de alambre de 8 botellas y de ½ litro en cajas de madera de 12 botellas con cierre mecánico, y gaseosa de 1/3 en cajas de madera de 24 botellas con cierre de chapa. También fabricaron sifones que vendían en cajas de 6 unidades. Los envases los adquirían en Álvarez (Vigo), Vidrieras Leonesas (León) y los sifones, que por aquel entonces costaban cada uno 150 pesetas, en Torroja (Barcelona). Sus productos llegaban a más de 20 kilómetros a la redonda, hasta Ribadelago en Sanabria.
En esa época embotellaron para refrescos Sanitex su famosa naranjada que las tiendas vendían por envase completo o por vasos. Más adelante fabricaron el refresco en su propio envase de Sapa bajo la licencia del Fabricante de Sanitex Nº 1657.
El dueño del bar O Cesteiro, uno de los más antiguos de Verín, tuvo la amabilidad de cederme un envase de gaseosa Sapa. El anagrama de la botella, en el frontal se lee gaseosa fina Sapa Verín, y en la parte posterior gaseosa elaborada con agua fina de Verín en orla sobre el castillo de Monterrei. Los colores usados eran el blanco y el rojo combinado con el blanco.



Antiguas publicidades de la empresa "Refrescantes Sapa"

En la actualidad existe en la calle Sáenz Peña 751 de Buenos Aires una fuente de soda denominada Soda Sapa, quizás alguno de nuestros queridos emigrantes llevó el nombre y un poco de historia de su tierra.

..........Gaseosas Laureano, de Verín (Ourense)





Artículo escrito por Miguel Ángel Martínez Coello, publicado en el Faro de Vigo el 05-03-2014




Quien relata a grandes rasgos la historia de Gaseosas Laureano es José Luis Miguélez "Chelís" más o menos así. Eladio Miguélez Rodríguez, tío suyo, que viene de A Rúa, monta la primera fábrica de Gaseosas Miguélez, que pronto cierra y se traslada a Vigo. Su hermano Jesús Miguélez Rodríguez, con su cuñado Laureano Pérez García, montan la fábrica definitiva Gaseosas Laureano con Nº de Fabricante 3928, sociedad que comparten unos 10 años y que a la postre queda como único dueño Jesús Miguélez García conservando la Marca de Gaseosas Laureano. José Luis Miguélez "Chelís" y su hermano Raúl fueron los encargados de continuar la fabricación de bebidas refrescantes y gaseosas hasta el año 2000, fecha en la que dan el cierre de la empresa.
Como todas las historias de fabricantes de gaseosas y refrescos, Gaseosas Laureano encierra además una parte de la historia de Verín, y en sus envases de sifón aparece uno de su iconos: "El Cigarrón". En su primera ubicación, que era donde tenían el pozo o manantial y que esa era otra..., porque en Verín no era fácil encontrar agua que sirviera para hacer gaseosa, porque la mayoría de los manantiales son de agua mineral, cuadraba casi enfrente del edificio de la aduana, que todavía existe, lo que les hacía más populares, porque además contaban con un amplio garaje que alquilaban a los aduaneros como depósito de los coches que retenían, además de servir también de garaje para los "chivas", que era como les llamaban a los que trasladaban los coches Citroën desde Vigo a Madrid y que hacían allí su parada y fonda durante el largo viaje.

Botellas de gaseosa y sifón. Detalle del Cigarrón



Las botellas de gaseosa que más comercializaban eran de litro y de ½ litro, y las compraban en León ya serigrafiadas y los sifones en Barcelona. Por aquellas costaba unas 150 pesetas el envase de vidrio y 24 pesetas el capuchón para el sifón, la unidad. Además de gaseosas fabricaron Refrescos TWIST, de naranja y de limón, los famosos ORANGES de Refrescos Laureano, la tónica Twist y la cola Twist. En un principio tuvieron la distribución de Coca-Cola, que intentaron vender por las ferias, pero no se vendía porque a la gente no le gustaba. Decían que le sabía a medicina y por ello tuvieron que fabricar su propia cola Twist mucho más dulce, como los refrescos cuya venta estaba más encaminada al público portugués, que demandaba su famosa laranxada y los oranges. También vendía tartárico para el vino, que además usaban para añadir a la gaseosa porque "dáballe máis agulla", para que no fuera tan dulce. Por aquel entonces contaban con dos camiones, que cubrían las rutas de Vilavella, Villar de Barrio, A Xironda, Bousés, A Mezquita... entre otras, además de la clientela de Verín, que prefería su sabor. Fueron los primeros en distribuir Estrella de Galicia, de cuando tenía la fábrica en Catro Camiños en A Coruña, y disponía de un camión Pegaso de 7.000 kilos, que hacía el reparto por toda Galicia en cajas de madera y cuyo chofer se llamaba Pepe. También distribuyeron vinos de León, vinos de la cooperativa de O Barco de Valdeorras, vinos de la cooperativa de Monterrei y vino Ribeiro de Bodegas Rivera de Ventosela. En la actualidad la saga de distribución la continúa el nieto del fundador, Miguel Miguélez.




Camión de reparto de Gaseosas Laureano

miércoles, 5 de marzo de 2014

..........Refrescos míticos españoles (1): historia de la Mirinda

Conocer quien fue el creador de la Mirinda es como intentar conocer la fórmula secreta de la Coca-Cola, una misión imposible.

De la Mirinda se ha dicho hasta hace muy poco tiempo que era española, y que debía su nombre a los conocimientos que tenía del esperanto su creador, pues Mirinda significa, en esa lengua: admirable y maravilloso. También se decía que gracias a la adquisición por parte de Pepsi-Cola (presente en España en 1956), llegó a ser conocida por todo el mundo.

Hasta hace poco tiempo también circulaba por Internet — en Wikipedia e incluso en páginas de la propia empresa propietaria de la marca— la falsedad de que PepsiCo la había adquirido en 1970, cuando no había más que pasear por hemerotecas para darse cuenta de que esa adquisición tendría que haber sido anterior: de hecho los primeros anuncios que encontramos son de 1964, año en que PepsiCo como tal todavía no existía.

Hoy en día, sin embargo, contamos más datos y sabemos que lo que hace a la Mirinda española es que aquí fue donde se registró por primer vez como marca, y ese registro lo hizo directamente, en 1956 y 1957, Pepsi-Cola Company N.Y., con el logotipo que distinguiría a la Mirinda en sus primeros tiempos: una gran M mayúscula verde con la palabra «Mirinda» sobreimpresionada en blanco. En ningún momento aparece, en la Oficina Española de Patentes y Marcas, ningún inventor original ni ningún otro producto alimentario anterior llamado así.




                                                                       ABC 3 de Marzo de 1964


Sin embargo, Mirinda todavía tardaría un poco en materializarse y en 1959 Pepsi-Cola registraría también el nombre como marca comercial. El momento exacto de su lanzamiento lo desconocemos, pero las primeras publicidades en España datan de 1964, así que podemos aventurar que ese sería el año de su salida al mercado. Gracias a ellas sabemos que sus primeros sabores fueron naranja y limón, y que, un año más tarde, apareció la tónica:




ABC, 9/9/1965
 
Esos fueron los sabores que se comercializaron en España, aunque con el tiempo, se han llegado a incorporar muchos más sabores que se comercializan actualmente en distintos países por todo el mundo: fresa, manzana, uva, piña, mandarina, guaraná.....

En 1966, el refresco, que primeramente se comercializaba exclusivamente en botellas de 200 c.c, vio aumentar la capacidad de sus envases:



ABC, 17/4/1966

A esta botella le seguirían las de 1 litro y 1 1/2 de capacidad en vidrio, y más tarde las botellas de plástico y las latas.

Por las hemerotecas vemos que las primeras acciones publicitarias de Mirinda estaban dirigidas al patrocinio deportivo de concursos hípicos y encuentros de atletismo, sin embargo, en 1969 aparece la que sería su campaña más recordada: el regalo de discos con los éxitos del momento. Apareció "la chica Mirinda", que personificaba el espíritu chispeante de la bebida, unido ya a las canciones más pegadizas.


ABC 20/05/1970
 

A pesar de su fuerte implantación mundial, tiene escasa presencia actualmente en España, país que la vio nacer. La compra de la marca Kas por parte de la filial española de PepsiCo, tuvo que ver con ese proceso que relegó a Mirinda al mundo de la nostalgia y de los recuerdos del ayer.

Fuentes:
  •  Hemeroteca ABC
  •  Pérez de Arlucea, Ana Vega. «El misterio de la Mirinda» Las Provincias, 3/10/2020             https://www.lasprovincias.es/culturas/gastronomia/gastrohistorias-misterio-mirinda-20201003231903-ntrc.html