Desde los
principales problemas con los que se tuvieron que enfrentar los fabricantes de
bebidas carbónicas, entre ellas las gaseosas, fueron los envases y dispositivos
para el cierre de los mismos. Este artículo además no sería posible sin la
colaboración de la historiadora, investigadora, hija y nieta de fabricantes de gaseosas y autora del mejor blog en lengua castellana sobre La historia antigua del
sifón y los demás refrescos
(sifonesantiguos.blogspot.com) : Silvia Isábal.
Los primeros envases
Las primeras
botellas fueron fabricadas con gres a finales del S. XVIII hasta mediados del S
XIX, que poco a poco, debido a la porosidad que hacía que perdiesen gas y no
soportasen la presión en las reutilizaciones, se fueron sustituyendo por
envases de cristal grueso y cilíndrico que soportaban mejor las altas presiones
a las que se sometían. Las primeras botellas de cristal tenían forma redondeada
en la base por lo que se tenían que almacenar tumbadas y el líquido estaba en
contacto con el corcho que impedía que éste se secara y las fugas de líquido. Estas
botellas se llamaban “Torpedo”, a
mediados del S XIX se hicieron muy populares entre los ingleses que le llamaban
“botella de huevo”, aunque los más finos se refieren a ella como la “Botella Hamilton” que es a quien se le
atribuye la invención, Whilliam F.
Hamilton para ser más exactos. Para poder sujetarlas en la mesa, se idearon
unos bellos soportes que llegaron a estar hechos en oro o plata. Estos tipos de
recipientes, en principio artesanales, no se industrializaron hasta los
primeros años del S XX. Por otra parte los envases constituyeron siempre una
gran carga para el fabricante que tenía que soportar los altos costes de los
envases, las roturas y las perdidas debidas a la no devolución de los cascos
por parte de comerciantes y particulares. Por si todo esto fuera poco, al ser
anónimos los envases, porque antes implantarse el marcaje con serigrafía, la
etiqueta que llevaban se iba con el agua,
algunos fabricantes utilizaban los envases de otros en vez de comprarlos.
Ésta competencia entre fabricantes de gaseosas llevó que se grabasen las
botellas con el nombre del productor creando un relieve en el propio cristal
que evitaba así el llenado por otro fabricante que no fuese el indicado en el
relieve. Las primeras botellas comercializadas en Galicia tenían forma oval
pero con base, casi siempre con relieve de la marca, que las definían como “torpedo” por su forma recordando a las
primitivas del S. XIX.
Botella tipo torpedo de Troncoso Hnos. Vigo |
Hasta pasados los 1950, se utilizó la botella Codd, hasta que se generalizó el tapón
corona que comenzó a usarse a partir de 1930.
Aunque el tapón mecánico o de porcelana, no fue hasta los años 50 cuando
logró implantarse definitivamente generalizándose como la botella de Gaseosa de
1 litro
por excelencia en todo el territorio nacional.
Antiguas gaseosas gallegas con cierre mecánico (Foto: Coello) |
Los cierres de las botellas
El primer
sistema de cierre utilizado fue el corcho, cuyo empleo está documentado desde
1690 y que siguió usándose hasta mediados del S. XX por algunos fabricantes. El
primitivo cierre consistía en un alambre o cordel atado al cuello de la botella
sujetando el corcho que se clavaba con un mazo de madera. En 1832 M. Vielcason ideó la manera de tapar la
botella con una cuerda de bramante fijada con un anillo de alambre a modo de
cápsula y en 1859 W, H. Putman
patentó un sistema de cierre por el que embotellador solamente tenía que
cambiar el corcho mientras el alambre permanecía fijo. El llamado “cierre mecánico” actual, proviene del
primitivo cierre “rayo” inventado
por el americano Charles De Qillfeldt
en 1875 utilizado mayormente para las cervezas, perfeccionado en 1893 por Karl
Hutter mejorándolo con un tapón de porcelana en el que iba insertado un
disco de goma. En américa el tapón Hutchinson fue el más utilizado, Coca-cola
embotelló con éste tipo de cierre, cuando el asa metálica estaba levantada, la
presión del agua carbonatada mantenía la goma contra la base del cuello de la
botella. Para beber, no había más que presionar hacia abajo. Este tipo de tapón
muy similar por el sistema de cierre del tapón Codd, fue declarado poco
higiénico porque la suciedad se acumulaba en el tapón y contaminaba el líquido.
El tapón Codd fue patentado por Hiram
Codd en 1872 en Inglaterra y fue muy popular en Europa, Asia y Australia y
consistía en una bolita de cristal a la que la presión de la bebida carbonatada
empujaba contra la goma insertada en el interior del cuello de la botella, para
beber no había más que impulsar con el dedo meñique hacia abajo la bolita que
permanecía en una cámara formada por el mismo cristal. El llenado de la botella
Codd se hacía boca abajo. Las botellas eran costosas y difíciles de producir,
además que los niños las rompían para extraerle la bolita para jugar. En España
se conocieron con el nombre de “gaseosas
de bola”, de boliche, de pita… Importado de Inglaterra el primer cierre efectivo fue el Codd que se
mantuvo durante bastante tiempo hasta los años 40, conviviendo con el cierre de
corona que resultó ser el más efectivo e higiénico y que pervive en la
actualidad. El cierre mecánico se impuso a partir de mediados de siglo con el
fin de poder abrir y cerrar el envase cuando él líquido no se consumía en el
momento. Es el cierre que define el diseño de la botella de Gaseosa de 1 litro a partir de los
años 50 y que se popularizó serigrafiada publicitando a su vez la marca y
detalles del lugar así como los número de registro.
Botella Codd Troncoso Hnos. Vigo (Foto: Coello) |
Tapón corona Justo. Verín (Foto:Coello) |
El etiquetado y el marcaje
Otra cosa
fueron las etiquetas que en principio era de papel pegado a la botella y que al
reutilizar el envase, se sustituía después del lavado y posterior llenado. En
los años 50 se impuso la serigrafía en los envases ya fuera de cierre corona o
mecánico con el fin de publicitar la marca a la vez que se impedía el llenado
por otros fabricantes que no correspondiesen con la marca de la botella.
Las botellas en relieve
Los
fabricantes de gaseosa en la mayoría de los casos elaboraban refrescos en botellas de menos de 400 cl. Para competir
compraban botellas con relieves de motivos geométricos o vegetales que en la
mayoría de los casos sólo eran identificadas por el tapón corona que era en el
que estaba grabado o serigrafiado la marca del fabricante y número de
fabricante. Éstas botellas eran estándar y el fabricante las vendía al por
menor a distintos productores de gaseosas y refrescos por lo que se
intercambiaban entre ellos, diferenciándose únicamente por la chapa. Más
adelante para evitar el intercambio adoptaron el marcaje “chorro de arena” aunque el
más generalizado fue el grabado en relieve, hasta que a mediados de los 50
sustituyeron las botellas de relieve por las pequeñas de cierre mecánico de 400
cl serigrafiadas y las de 200 cl con el cierre corona también serigrafiadas.
Con la llegada de las grandes marcas, La Casera, La Pitusa y La Revoltosa
fueron desapareciendo las pequeñas marcas
hasta que las medidas sanitarias y los hábitos en el consumo dieron fin
a toda una época de creatividad y de emprendedores que crearon riqueza dando
trabajo y de comer a más de 6.000 familias en España, amén de un importante
número de fabricantes de cajas, envases, etiquetas, jarabes, sistemas de
marcaje, tapones corona…
Hay que
hacer especial mención que algunos fabricantes crearon auténticas obras de arte
en el relieve de sus botellas y otros bastante ingeniosos en el culo de la
botella. Los refrescos más populares eran los “oranges”, que cada fabricante dada su particular toque de dulzor o
acidez que creaba la adicción en el cliente. El Orense fabricantes como Obregón en Laza y Verín, Gomez en Ribadavia, Sergio Troncoso en Orense, Laureano de Verín, Domonte en Salamonde (Orense), Domínguez
en Orense, El Mexicano en
Ribadavia, Iris de La Trivesa de Puebla de Trives.
Gaseosa Gómez. Ribadavia (Foto: Coello) |
Relieve en la base de las botellas Laureano, de Verín. (Foto: Coello) |
Detalle de la botella de Orange Iris de Trives (Foto: Coello) |
Envases de relieve en el resto de Galicia
En el resto
de Galicia hubo bastante proliferación de marcas que de alguna manera quisieron
distinguirse por los finos acabados de sus envases convirtiéndolos hay en
piezas de museo. Suarez de Santiago, y La Unión Industrial de La Coruña. Pero
fue sobre todo en Pontevedra en donde hubo más adeptos a los acabados en
relieve de loso envases, además de ser la provincia que más fabricantes de
gaseosas hubo de Galicia. Vidal de
Arcade, Troncoso Hermanos en Vigo, Paxariños de Comesaña, La Leonesa de
Hnos. Ramos de Alcabre-Vigo, La
Estrella de Balín en Teis-Vigo, Gabriel Santos en Pontevedra, González de Tuy, Eduardo Feijoo en Pontevedra… son algunos de los muchos que
hicieron del envase de gaseosa un arte.
Botella Paxariños Comesaña Vigo (Foto: Coello) |
Botella Suárez. Santiago (Foto: Coello) |
Muy bueno el artículo pero en el caso de la marca Troncoso el origen no es el de Orense. Orense fue sede desde hace décadas pero su origen es en la casa familiar de Valeixe Pontevedra a principios del siglo XX. Saludos.
ResponderEliminarMuy buena la información,yo tengo una duda! Alguien sabe si hermanos troncoso fabricó cerveza? Un saludo y gracias de antemano mi tlf 649773677 por si alguien me quiere confirmar!
EliminarGracias por tu comentario. Se lo transmitiré a Miguel Ángel Martínez Coello, que es el autor.
ResponderEliminarMe gustaría saber pq no sale nunca la “Fabrica de Gaseosas La Unión”, de Ourense, estaba ubicada en Puente Codesal en los años 49-50 y estaba dirigida por mi tío Manuel Perez Vázquez
ResponderEliminarSi me mandas información sobre ella (datos, fotos), estaré encantada de hacer un artículo sobre ella. Gracias por tu comentario!!
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