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martes, 11 de agosto de 2015

..........Gaseosas Piñeiral

Artículo escrito por Miguel Ángel Martínez Coello. Publicado en El Faro de Vigo el 23/08/2015






Con el nº 3950 de la lista de fabricantes de bebidas gaseosas de España, figura D. Carlos Eligio Picouto “Díez” (aunque siempre le ponían “Díaz”), que en el lugar “El Piñeiral” instaló su empresa allá por los años 50. 
Para hacernos una idea, “El Piñeiral” está situado a la salida de Ourense, por la carretera que parte desde la avenida de Zamora  y pasa por la  “Finca Sevilla”, en la que hoy se encuentra el pabellón de deportes “Paco Paz”, y poco antes de llegar a San Ciprián de Viñas, donde aún se conserva la casa en la que se elaboraban las famosas gaseosas. 

Contaba la fábrica con tres manantiales propios de los que uno era excepcional por su calidad y abundante caudal, el cual limpiaban casi todos los años corriendo grave riesgo, a causa de que se acumulaban los gases de la dinamita que se usaba para limpiarlos y hacer más sitio a  “la mina” o manantial . Cuentan que una vez D. Carlos, que era quien bajaba al pozo-mina, estuvo a punto de perder la vida sino le llega a auxiliar en el último momento una empleada llamada Matilde que se percató del peligro que corría.


D. Ricardo Picouto,  oriundo de Seixalvo y padre de D. Carlos Eligio era vinatero y terrateniente. Sus posesiones abarcaban desde El Piñeiral hasta Seixalvo a lo largo de las márgenes del río Barbaña. D. Ricardo se casó con Dña. Gregoria Díez (Goya, familiarmente), señorita que fue a buscar a Astorga y a la que habían instruido las monjas en urbanidad, buenas costumbres, ciencias, artes y letras… cuentan que pintaba y tocaba el piano con cierta maestría. DCarlos quedó huérfano y con sólo 17 años tuvo que hacerse cargo del negocio de su padre  para sacar adelante a la familia. Comenzó con los vinos, que comercializaba en un bodegón situado en la calle de Santo Domingo, que después abandonaría para fundar la fábrica de gaseosas en los terrenos de su propiedad en “El Piñeiral”. Se casó con Dña. Virginia del Pilar Delgado Núñez, recientemente fallecida el 16-09-2014 y que le dio 4 hijos, Carlos, Jorge, José Luis y Pili, que continuaron junto a su padre con la elaboración y distribución de las gaseosas hasta que en 1977 se traspasó definitivamente la fábrica de gaseosas. 
 
Familia Picouto al completo Foto: F.Picouto

Uno de los primeros envases que fue utilizado para el llenado de las gaseosas fue el de las famosas botellas  “Codd”, en España denominadas de “Bola”, de “Pito” o “Boliche”, llamadas así porque en la parte superior albergaba una bola de cristal con una goma que estaba herméticamente colocada en la parte interna del cuello de la botella y que hacía que por el efecto de la presión del gas carbónico la bola de cristal subiese hasta quedar aprisionada contra la goma y así la presión se mantuviese. Para beber bastaba con empujar hacia adentro la bola y así conseguir que saliese el líquido, volviendo ésta hacia arriba una vez que se volviese a poner la botella en posición vertical reteniendo el gas. Este tipo de botellas dejaron de utilizarse a partir de la prohibición sanitaria con la orden ministerial de 22/03/1955.
Más adelante comenzaron a embotellarse en la conocida botella de gaseosa de 1 litro de cierre mecánico y la de 400 cc de cierre con tapón corona “chapa” y que distribuían en cajas de madera con el cuello de la botella hacia abajo, para que mantuviese mejor la presión al ir siempre mojado el corcho interior de la “chapa”. Las botellas llegaban a Orense procedentes de Valladolid o León a granel en sacos grandes de más de 60 unidades, colocadas de tal forma que no había apenas roturas a pesar del precario embalaje y la rudeza del transporte. Las primeras botellas no iban serigrafiadas,  llevaban pegada una etiqueta alargada en la parte superior alrededor del cuello con el nombre de la fábrica. Las cajas para las botellas las manufacturaban ellos en su fábrica grabándolas a fuego con la marca de “El Piñeiral”. Hacían cajas para 6 botellas de 1 litro y cajas para 24 unidades de 400 cc. Cuando aparecieron las primeras botellas serigrafiadas, los fabricantes ya  se las enviaban terminadas con el logo de su marca que iba variando según fuesen haciendo un nuevo pedido. En el caso de las Gaseosas el Piñeiral existieron varios tipos de acabados:

-      - Un primer acabado con el logo de la marca “Gaseosas Piñeiral – marca registrada”en rojo y blanco abarcando gran parte de la botella sin ninguna dirección. Botella rarísima que ni los propios se acuerdan.

Primera botella serigrafiada de gaseosa Piñeiral. Foto: M.A. Martínez Coello


-       - Una segunda botella con el logo en rojo que incluía “Bebidas refrescantes - Piñeiral – Orense” y la leyenda “Piñeiral 1 litro” en la parte trasera, en color rojo.

-       - Una tercera botella con el logo en rojo de fondo blanco y que a su vez contaba con dos variantes en la leyenda. Una con “Bebidas refrescantes - Piñeiral – Orense” y “Piñeiral 1 litro” en rojo en la parte de atrás y otra  que  ponía “Gaseosas - Piñeiral - fabricante 3.950 – marca registrada” y en la parte de atrás en color blanco “Insuperable gaseosa por estar elaborada con aguas de manantial y productos de alta calidad” además de un cajetín con la advertencia “El uso comercial de este envase por otra fábrica, constituye delito previsto en el artículo Nº 533 del código penal”. Esta botella tenía a su vez otra variante en la que se incluía el número de teléfono debajo del número de Fabricante. “Teléfono 216815”.

-       - Y ya en los últimos tiempo en que el llenado lo hacía Zar le sobreponían sobre la serigrafía una etiqueta de papel de colores blanco, verde y con las letras en rojo “Bebidas refrescantes Piñeiral – Gaseosa – desde 1959”


También llenaron sifones que en su cabezal de plomo  y en verde ponían la leyenda Gaseosa Piñeiral – Orense FTE. 3950, algunos de bellísimo cristal azul de bohemia, como el de la foto. Lo  fuerte de sus fabricados fueron la gaseosa, el seltz y la naranjada, aunque también fueron depositarios de cervezas “El Leon” de San Sebastián y “El Aguila Negra” de Colloto (Oviedo) además de vino embotellado de mesa de la marca “Vine”, en cuanto a los jarabes para las naranjadas generalmente los compraban a fabricantes acreditados, pero el jarabe para las gaseosas lo hacían ellos. El reparto de las gaseosas se hacían al principio con un carro tirado por una mula que hacia el recorrido por San Ciprián, Rante, Seixalbo, Mugares, Toén, Rairo, Taboadela…. El primer camión de reparto que compraron fue un Fiat azul a gasolina, más tarde un Ford rojo también a gasolina, ambos de segunda mano que los arruinaban a reparaciones. Más tarde un camión Ebro que compraron de primera mano y otro Ebro –“chato” de 3.500 kg, todos ellos rotulados con el logo de Gaseosas “El Piñeiral”. De cada reparto llevaban entre 60 y 80 cajas de cada viaje, teniendo que hacer en ocasiones varios viajes al día.

Sifón Piñeiral. Foto: Miguel Ángel Martínez Coello



“El Piñeiral” era paso forzoso de “as Leiteiras  y as Rianxeiras” que venían de San Ciprián, Rante, Vilanova, Santa Comba de Gargantós, Soutopenedo, Santa Leocadia, A Mezquita… … y era parada obligada la fábrica de gaseosas en la que reponían fuerzas y se cambiaban los zapatos de trabajo “As zocas” , que dejaban allí o en los huecos de un muro contiguo cerca del cruce donde ahora existe una rotonda, por otros más finos para estar más “guapas” en la Plaza que eran donde vendían “a leite y o rianxo”. Muchas dejaban los burros que cargaban la leche en un solar de la Calle Colón donde descansaban y  que luego recogían al final de la jornada para volver de nuevo a casa.


Cuando el mercado de las gaseosas comenzó a flojear,  ampliaron el negocio con la representación de otros productos, como la lejía “El Guerrero, lava la señora y lava el caballero” como rezaba su slogan. Ya en los últimos tiempos fueron los primeros que fabricaron y comercializaron las famosas bicas-mantecadas “AS BURGAS” que horneaba D. Carlos juntamente a su mujer que era la que hacía las masas Dña. Virginia del Pilar (Pili familiarmente), que era de la zona de Trives de donde le venía la tradición además de ser muy buena cocinera como la había sido también su madre. Además de tener y fabricar tan buenos productos como las gaseosas o las bicas,  D. Carlos tenía un talento especial para publicitar sus géneros, a cada cual más ingenioso, del que es digno de destacar los regalos por fidelidad consistentes en premios que le podían tocar al consumidor al comprar las gaseosas. El anuncio que acompaño en el artículo, es una auténtica joya y de ingenio emprendedor: Cuando el comprador adquiría una gaseosa “El Piñeiral”,  el tendero le daba un número que si coincidía con el tercer premio de la lotería Nacional de Navidad se premiaba con una máquina de escribir portátil marca Olivetti. Hoy su hijo Carlos Benjamín Picouto, que es quien me ha facilitado todos los datos y fotos para éste reportaje, me comenta que esa máquina aún la conservan porque no le llegó a tocar a nadie y quedó como vivo recuerdo de aquella campaña comercializadora. Además había premios pequeños directos que estaban ocultos en el capuchón-precinto de plástico de la botella y representados con una letra que correspondía a determinado premio según la lista que estaba colgada en el establecimiento donde se vendían las gaseosas “El Piñeiral”, ésto ocurría allá por el año 1972. 

Publicidad Gaseosas Piñeiral. Foto: F.Picouto


Y para coronar la capacidad e iniciativa de D. Carlos, tengo que relatar que en los comienzos de cada curso escolar, en uno de los camiones  de reparto, “acoplaba” una Orquesta que iba recorriendo la ciudad de Orense y los barrios, entonado agradables melodías a la vez que arrojaban las famosas pelotas verdes “GORILA”, que hacían la delicia de pequeños y mayores. Todo ello venía a cuento de que  D. Carlos  era familiar de la esposa de los que tenían las tiendas de zapatos, Astro, Vitán y Tanvi, y de ésta forma se establecía una cooperación empresarial y comercial de lo que ahora se llama “una explotación de sinergias comerciales y de marketing, las joint-venture, el Know-How, las UTE, las LBO, las I+D, el Spin-off, y los planes estratégicos.

¡Habla en cristiano!, dijo El Aguilucho. 
                                                                                                                                                                             No conozco el significado de la mitad de esas largas palabras y, lo que es más, creo que tú tampoco.    

( Lewis Carroll)

Pelotas "Gorila", pura nostalgia para los que tenemos ya cierta edad.

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