...... El «suau», «soldado» o «soldat»

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Juventud, 25/09/1948 (Premsa Digitalizada Gencat) |
Parece que la marca de la empresa de Solé acabó siendo la más longeva y suau acabó siendo la denominación por la que se conoció a esta bebida en varias comarcas de Tarragona. Mientras, en las comarcas de Lleida y en la zona oriental de Aragón, las palabras «soldat» o «soldado» fueron las que prevalecieron, lo cual nos lleva a la conclusión de que primero fue el soldado y el soldat, luego el zuavo y finalmente el suau.
.......... Nuestro blog en EL PAÍS Gastro
Ha sido una gran satisfacción aparecer en EL PAÍS Gastro que, como su nombre indica, es la sección gastronómica de EL PAÍS. Concretamente aparece la mención a este blog dentro de un artículo sobre la historia de los sifones firmado por Claudia Polo (@soulinthekitchen), una joven que, además de escribir en este medio, está empeñada —a través de su página web o su canal de Instagram— en educar sobre una alimentación consciente a través de la creatividad y una relación sana con nuestro cuerpo y ecosistema, a la que quiero dar las gracias.
Os dejo el enlace para que disfrutéis del artículo:
.......... Sifones que no lo parecen: gasógenos o seltzógenos Lhote, Hérault o Genotte

En una entrada anterior: Los seltzógenos (II), hablábamos ya de estos aparatos, creados sobre 1860, que en realidad son jarras de porcelana con un tabique central. En uno de los compartimentos se colocaba la disolución de ácido tartárico y, en el otro, la de bicarbonato sódico. La mezcla se realizaba directamente en el pico de la jarra en el momento de verter. Aunque se comercializaban en España ya en la década de 1870, fue en Francia donde fueron más populares, especialmente en el ámbito doméstico. En esa entrada anterior comentábamos también que, aunque el modelo básico era blanco y un poco rústico, se llegaron a comercializar en finas porcelanas que en ocasiones contaban con delicados o llamativos estampados. Y para ilustrar esta realidad, nada como las fotos de los ejemplares que cuenta en su colección Ferrán Quintana, que además ha tenido la gentileza de compartir con nosotros.
Y para completar este complejo y variado mundo de los seltzógenos, nos ha compartido también la foto de un curioso sifón de gres alemán cuyo principio de funcionamiento era básicamente el mismo (la mezcla de los dos reactivos producía el gas) y que parece que estaba destinado a la dispensa de agua de Seltz en una farmacia.
Mi más profundo agradecimiento a Ferrán por compartir sus tesoros
.......... Refrescos míticos españoles (5): Orangina (y Naranjina)

Recomiendo, antes de leer este artículo, echar un vistazo al dedicado a Trinaranjus, pues el creador de este popular refresco sin gas, el de la Orangina y el de la Naranjina es la misma persona, el valenciano, doctor en Farmacia, Agustín Trigo Mezquita.
Hablar de la Orangina como refresco español es complicado, porque todos sabemos que se trata de una bebida patrimonio de la cultura francesa cuyo consumo está extendido por todo el mundo. De la Orangina se dice:
«La fórmula de la Orangina, basada en pulpa y zumo de naranja ligeramente gasificado, fue inventada en 1933 por el químico valenciano Dr. Trigo con el nombre de Naranjina. Este llevó su producto a una feria de la francesa Marsella con el nombre de "Naranjina". Un empresario francés, León Beton, compró en 1936 la fórmula y la marca para comenzar su producción y comercialización como "Orangina", utilizando los terrenos de naranjos que tenía en Argelia. En 1951, el hijo de Léon, Jean-Claude, emprende la distribución del producto mediante originales botellas de forma redondeada e introduce la marca en toda Francia, donde consigue éxito» (Wikipedia en español, entrada Orangina)
Esta es más o menos la historia oficial, que se repite en multitud de medios de habla española, inglesa o francesa con pocas variaciones. Sin embargo, hay que matizar algunas cosas y desmentir otras, y lo haremos, como siempre, apoyándonos en hemerotecas y anuarios.
- En primer lugar, la Naranjina NUNCA fue un refresco gasificado. Era un concentrado de frutas (naranja, limón, mandarina) que tenía la textura de una jalea. Se acompañaba, en el tapón, de aceites esenciales de cítricos que también se utilizaban para aromatizar. Se usaba en principio como complejo vitamínico (recetado por doctores), aunque poco a poco se fue introduciendo su uso en repostería y también para la elaboración de refrescos: una cucharadita de Naranjina diluida en agua de Seltz o agua azucarada daba lugar a un fantástico refresco. Su botella era muy característica, especialmente por el tapón, que registró como patente el Dr. Trigo.
- Naranjina no fue «inventado» en 1933. El registro de la marca por parte de Agustín Trigo Mezquita, para designar «productos medicinales a base de naranja» aparece con el número 94.798 en el Boletín Oficial de la Propiedad Industrial del 16/12/1925 (se puede consultar en la web de la Oficina Española de Patentes y Marcas). En 1929 (Boletín del 16/02/1929) se registra la misma marca para designar jarabes para la elaboración de refrescos. Las primeras referencias en prensa española a este producto aparecen ya en 1924 (El Pueblo: diario republicano de Valencia, Biblioteca Virtual de Prensa Histórica. MCU, 04/06/1924, p.1)
- Se le otorga la creación de la marca Orangina a León Beton como adaptación al francés de Naranjina, pero no es así. Por mucho que les duela a los franceses, Orangina fue, antes de eso, registrada en España por parte de Agustín Trigo Mezquita, concretamente en 1933, para designar «bebidas gaseosas y refrescantes» (Índice de marcas concedidas por el Registro de la Propiedad Industrial durante el año 1933, 01/01/1933, Anexo 10). El doctor pues, registró el mismo año dos marcas, Trinaranjus para los refrescos sin gas y Orangina para los refrescos con gas.
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Botella de Naranjina. La Vanguardia: diario filipino independiente 12/10/35 (Biblioteca Virtual de Prensa Histórica. MCU) |
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Pueblo: Diario del Trabajo Nacional, 11/03/1957 (Biblioteca Virtual de Prensa Histórica. MCU) |
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Póster publicitario de Orangina, reproducción moderna de los originales franceses (colección particular) |
Esto refuerza la idea de una colaboración entre la familia Trigo en España y la familia Beton en Francia más allá de ese encuentro en la Feria de Marsella. Esta relación habría estado más basada en la comercialización de la Orangina (que ya había iniciado el Dr. Trigo en la década de los 30) que en la de la Naranjina y hay que reconocer que, aunque no podemos de momento concretar si esa colaboración fue financiera o meramente comercial (o ambas), sin duda sería un buen tema de investigación.
Publicidad de Orangina. Diario de Burgos, 29/06/1958 (Biblioteca Virtual de Prensa Histórica. MCU) |
Publicidad de Orangina. Hoja oficial de la provincia de Barcelona, 06/06/1960 (Biblioteca Virtual de Prensa Histórica. MCU) |
.......... 500.000 Visitas!!!!!!

Cuando, hace 10 años, el Centro de Estudios Literanos me encargó la redacción de un artículo que recogiera el recorrido de las antiguas fábricas de sifones y gaseosas de la comarca de la Litera (Huesca) me di cuenta de que, en general, la historia de las bebidas carbónicas en España estaba llena de vaguedades, imprecisiones e inexactitudes, cuando no directamente manipulada por los intereses de algunas marcas.
Esa fue la principal razón de ser de este blog, poner un poco de orden en este mundo y concretar, de la forma más precisa posible (recurriendo a anuarios y hemerotecas), cuándo nacieron los refrescos en España, quiénes fueron sus primeros artífices, cómo se presentaban ante los consumidores, cómo evolucionó su fabricación y cómo fue su penetración en la sociedad española.
Pero, además, el blog contaba con otra razón de ser y era la de servir de punto de encuentro a curiosos, coleccionistas y nostálgicos para poder, así, recuperar la historia de las miles de fábricas que hubo en España y de los envases que produjeron. Y es que el oficio de «gaseosero», hoy en día en vías de extinción, estuvo presente en prácticamente cada pueblo y definió una forma de vida que era compartida por toda su familia. No podemos olvidar, además, que los productos que elaboraba despiertan la nostalgia de los que conocimos esa época, porque, al estar asociados a momentos especiales, constituían una promesa de efímera felicidad.
En esta entrada, al celebrar a la vez los 10 años del blog y sus 500 000 visitas, puedo decir que, aunque todavía queda mucho trabajo que hacer, el objetivo se está cumpliendo y hoy en día este blog se ha convertido en una referencia bibliográfica indiscutible para todos aquellos artículos y blogs (y algún medio de comunicación) que quieren recuperar la memoria de esta industria, además de aparecer también como referencia en trabajos académicos de temáticas diversas y ser consultado por coleccionistas y anticuarios.
Pero esto no habría sido posible sin la colaboración de todos los que habéis confiado en mí para enviarme vuestras vivencias y recuerdos, y también la de todos los que, con vuestros comentarios, habéis completado el contenido de las entradas. Colaboradores imprescindibles han sido también un buen puñado de coleccionistas que me han hecho partícipes de sus joyas e informaciones para que yo pudiera utilizarlas y también algún curioso incondicional, compañero de inquietudes carbónicas (y aquí tengo que citar a Miguel Ángel Martínez Coello), que ha querido compartir aquí sus escritos.
Sin embargo, incluso con toda esa ayuda, nada tendría sentido sin el interés de los seguidores de este blog y de sus visitantes ocasionales, así que:
A todos vosotros…. ¡¡¡¡¡¡¡ MEDIO MILLÓN DE GRACIAS!!!!!!
.......... Gaseosas La Andorrana

Seguimos completando el mapa de las fábricas de bebidas carbónicas de España con la historia sobre La Andorrana de Andorra (Teruel), que recogieron magistralmente M.ª José Tejedor y Pilar Villaroya en un artículo sobre Viejos Artes y Oficios aparecido en el Boletín de Cultura e Información que edita el Centro de Estudios Locales de Andorra. Aquí os dejo el enlace:
https://www.celandigital.com/images/pdfs/bci13/gaseosas-la-andorrana.pdf
........... Las primeras fábricas de refrescos en la ciudad de Zaragoza

En una entrada bastante anterior que estudiaba las primeras fábricas de gaseosas en España, (las primeras fábricas españolas) estuvimos hablando de la fábrica barcelonesa de J. Naully que, al pretender abrir un establecimiento en Zaragoza, acabó provocando un enfrentamiento con el sector farmacéutico que finalizó con la liberación de la elaboración de refrescos, dejando para los boticarios la fabricación de las imitaciones de las aguas carbonatadas naturales. (liberalización de la industria)
Hasta ahora era una incógnita si el establecimiento del señor Naully se había llegado a inaugurar en Zaragoza, pero la reciente posibilidad de consulta de la hemeroteca digital del Ayuntamiento de esa ciudad ha despejado las dudas y encontramos, en el Diario Constitucional de Zaragoza del 22 de junio de 1841, dos páginas completas de publicidad de esta industria que, además de informar de precios y capacidades de sus botellas, enumeran las ventajas para la salud de la ingesta de sus productos: Agua de Seltz, Soda Water, Agua Ferruginosa, Agua Sulfurosa, Agua de Sedlitz, Limonada Gaseosa y Groc al Rom (que debería contener algo de ron, atendiendo al nombre, ya que rom es ron en catalán). Se informa también de que la empresa de J. Naully tiene también un despacho en Cádiz, que su producción alcanza de 1500 a 2000 botellas diarias y que también exporta a América.
Sin embargo, da la sensación de que los refrescos, como producto de masas, no acababan de convencer a los zaragozanos, que seguían prefiriendo la cerveza, como se desprende del anuncio de la fábrica de licores de Juan Lauga, que también los comercializaba (La Esmeralda, 4/5/1848):
Estas bebidas que son tan agradables y saludables se pueden tomar como la cerveza, es un refresco muy bueno y no tiene el sabor amargo de la cerveza, su gusto es dulce y al mismo tiempo picante, enfin, hace espuma como la cerveza y además tiene un gusto agradable a naranja, limón o cualquier otro aroma.
Y es que al parecer corría algún tipo de bulo sobre su consumo (La Esmeralda, 12/06/1848):
Algunas personas mal intencionadas han dicho que la limonada gaseosa era una bebida muy perjudicial al cuerpo; por cuya razón, el fabricante al conocer que estos rumores absurdos llevaban siniestra intención pues no podían salir más que de la cabeza de personas sin instrucción sobre esta materia, ha querido dar alguna explicación sobre el objeto en cuestión.
El caso es que ni siquiera los bulos malintencionados frenaron su consumo y en la segunda mitad el siglo XIX encontramos en Zaragoza varios establecimientos dedicados a su comercialización y fabricación, resultando un poco complicado conocer a priori si pertenecían a una categoría u otra. Fabricante parece el cervecero Juan Ducuron, que, anticipándose un siglo a las modas, ya comercializaba cerveza de limón además de gaseosas, y en 1876 abrió su establecimiento otro cervecero, L. Matossi, que también se dedicó a la elaboración de refrescos.
Fabricantes importantes fueron los catalanes Esteban Bragulat, Juan Bragulat y Francisco Bragulat, que coincidieron temporalmente en activo. Los primeros en establecerse fueron Esteban y Francisco, aunque pronto el primero abandonó la ciudad dejando la fábrica que había creado en manos de Juan, que era farmacéutico. Francisco y Juan por otra parte fueron socios en la compañía Bragulat y Compañía, que estuvo en activo en el periodo 1885-1890, momento en que ambos volvieron a emprender caminos separados dentro de la industria: Francisco dirigió su fábrica “La Catalana” y Juan se dedicó fundamentalmente a la fabricación de "gaseosas medicinales", entre ellas (la historia de las gaseosas nunca deja de sorprender) "gaseosas anti-venéreas" que curaban la sífilis, todas ellas en formato de sifón o botella con corcho. Por otra parte, Esteban volvería a establecerse de nuevo en Zaragoza con una nueva fábrica que no fue recibida con mucho entusiasmo por sus (parece lógico creer que) parientes.
De esta manera, en un anuncio de Francisco Bragulat se especifica:
Este establecimiento puede ofrecer al público sus productos como lo pueda hacer otra que lleve su apellido [...] El crédito de esta casa atestigua la confianza adquirida por sus buenos productos que no temen la competencia que intenta hacer otra casa (Diario de Zaragoza, 15/07/1882)
Que las tiendas cerveceras y de bebidas carbónicas habían adquirido una cierta importancia ya en el último cuarto del siglo XIX queda demostrado con la convocatoria, por parte de la administración económica de la provincia, de una reunión para la elección de síndicos, ya que constituían un gremio aparte del resto dedicado al comercio. (Diario de Avisos 08/04/1879).
En 1866 encontramos en la prensa zaragozana las primeras publicidades de los aparatos Lhote (véase la entrada seltzógenos), especialmente recomendados por su simplicidad. Por otra parte, la publicidad de maquinaria de elaboración francesa (especialmente de la marca Hermann la Chapelle) fue continua en la prensa, al igual que la de varios libros que versaban sobre la fabricación de bebidas carbónicas. Además, la industria de vidrio local producía botellas para gaseosa (Diario de Avisos 02/05/1879) y la ciudad se convirtió en pionera en la comercialización de gaseosas en polvo gracias a la marca Armisén.
Otras empresas fabricantes de gaseosas y refrescos de finales del siglo XIX en Zaragoza fueron "La Inglesa", de Crespo Hermanos (que fue traspasada en 1905 a Hijos de P. Martín), y la sociedad Portillo y Mascarel. También leemos referencias a una fábrica de gaseosas situada en los jardines del Café del Siglo, situado en la calle del Coso. Seguramente habría más, pero baste esta relación para conocer mejor los primeros tiempos de los refrescos en Zaragoza y su proceso de implantación.
Desde aquí mi agradecimiento a Ferrán Quintana por su colaboración