.......... De los hombres de ciencia al primer sistema industrial
Desde que el científico flamenco Jan Baptista Van Helmont identificara a comienzos del s.XVII el dióxido de carbono diferenciando conceptos como gas y aire, muchos fueron los cintíficos que experimentaron con la posibilidad de obtener agua gaseosa de forma artificial, destacando las figuras de Torbern Olof Bergman, químico sueco al que debemos, entre otras cosas, la división entre química orgánica e inorgánica, y la de Antoine Lavoisier, padre de la química moderna, al que el dióxido de carbono debe su nomenclatura actual y su composición.
Pero el que más influyó en la aparición del primer sistema industrial de fabricación de bebidas con gas fue Joseph Priestley, destacado científico y teólogo inglés del S.XVIII, autor de más de 150 obras y descubridor del oxígeno. Uno de los aspectos más destacados de Priestley fue su generosidad científica: creía firmemente en el intercambio libre y abierto de ideas, lo que le llevó a desaprovechar la potencialidad comercial de muchos de sus descubrimientos, como el del agua carbonatada.
En sus primeros experimentos (1767), Priestley recogía el CO2 desarrollado por la fermentación de la cerveza y lo disolvía en agua con ayuda de un vaso apropiado al efecto. En 1772 publicó "Directions for Impregnating Water with Fixed Air", en el que el gas se obtenía por la reacción del ácido sulfúrico con creta diluída en agua. En el proceso detallado en la mencionada obra, el gas se conducía por un tubo flexible a una vejiga o vaso boca abajo en el agua formando un gasómetro. A causa de la presión, enseguida pasaba a un frasco que contenía el líquido que debía saturar y cuyo cuello, también boca abajo, se hallaba en un recipiente de líquido de la misma especie. Cuando por la llegada del gas había descendido el nivel de líquido en el frasco, agitaba rápidamente éste, el gas se disolvía, y el líquido volvía a subir inmediatamente. Priestley agitaba entonces el vaso que contenía la mezcla de sulfúrico y creta y una nueva cantidad de gas llegaba al frasco. El agua estaba lista para su uso después de repetidas 2 ó 3 veces dicha manipulación, pudiendo entonces conservarse en botellas bien tapadas con alquitrán colocadas horizontalmente.
Aparato de J.Priestley
Fue mejorando sensiblemente este método que Jean Jacob Schweppe conseguiría el primer sistema industrial para la elaboración de las aguas carbonatadas. Schweppe era alemán, relojero de profesión y científico de vocación, voraz lector de textos físicos, donde se encontró con las obras de J.Priestley. En 1780 comenzó a desarrollar un aparato para la fabricación de aguas minerales artificiales, usando una bomba de aire destinada a comprimir mecánicamente el gas en la botella de recepción. Al principio ofrecía gratuitamente sus aguas a todo aquél que pudiera necesitarlas por prescripción médica, pero la demanda era tal, que en 1783 se decidió a abrir un establecimiento comercial.
Sus experimentos constantes para mejorar la bomba lo pusieron en contacto con Nicolas Paul, hijo de un fabricante de instrumentos científicos, y con el farmacéutico Henry Gosse Albert, ambos de Ginebra, formando una sociedad en 1790 que duraría 9 años. Visto el éxito de la empresa, decidieron ampliar mercado instalando una fábrica en Londres que sería gestionada por Schweppe. Los comienzos fueron difíciles, y cuando los socios reclamaron su vuelta, Schweppe, vista la complicada situación política europea, hizo un llamamiento a su gobierno para que se les permitiera a él y a su hija, permanecer en Londres. La sociedad se disolvería y Schweppe cambió su parte por la propiedad de la fábrica londinense.
Las aguas minerales de Schweppe se consumían por sus poderes curativos y como bebidas refrescantes, a veces mezcladas con jarabe o vino. Su consumo fue vivamente recomendado por Erasmus Darwin (abuelo de Charles Darwin) en su tratado Zoonomia.
Preparando su jubilación, Schweppe vendió tres cuartas partes de su empresa a William Lauzun, Francis Charles Lauzun y Robert Charles Brohier, todos ellos naturales de la isla de Jersey, manteniendo el resto para sí mismo y para su hija. Todavía cedería la mitad de esta cuota al director de la empresa, Stephen Demole, con la condición de no divulgar los secretos de fabricación. Entre los aciertos de estos sucesores en la empresa desde luego está el de no cambiar el nombre, que rápidamente se extendió por todo el Reino Unido.
Schweppe regresó a Ginebra en 1802, convertido de repente en ciudadano francés por la anexión francesa de esta ciudad. Moriría en 1821, a los 81 años de edad, dedicado a la jardinería y la agricultura. Por cierto que si alguien quiere conocer algo más sobre esta marca, las bebidas que ha embotellado, antiguas publicidades o los envases que ha utilizado a lo largo de su dilatada historia, que no deje de visitar este blog:
http://spiritschweppes.com/
J.J. Schweppe
Aunque no cabe duda de que debemos a la sociedad formada por Schweppe, Paul y Gosse el primer sistema industrial para la fabricación de bebidas carbónicas, la que parece ser la primera persona que utilizó comercialmente los principios de Priestley, fue un farmacéutico de Manchester llamado Thomas Henry, que las comercializaría ya en la década de los 70, pocos años antes que Schweppe. Thomas Henry vendía limonadas y agua de Seltz, entre otros remedios medicinales que incluían el agua con gas.
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Thomas Henry
Fuente: wikipedia |
Fuentes:
Oxford Dictionary of National Biography
Joseph Priestley, Directions for Impregnating Water with Fixed Air, London, 1772
Hermann-Lachapelle et Ch.Glover, Des boissons gazeuses aux points de vue alimentaire, hygiénique et industriel. Guide practique du fabricant & du consomateur, 3ªéd. E.Lacroix, Paris, 1867
Colin Emmins. Soft Drinks. Shire Album 269. 1991
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