..........Gaseosas Cid, de Cortiñas (Ourense)





Artículo escrito por Miguel Ángel Martínez Coello y publicado en El Faro de Vigo el 30/03/2014



En los albores del 1900 nace en Cortíñas (Ourense) José Cid Pérez, hombre de naturaleza inquieta que desde muy joven siente la inquietud de asumir el reto constante de acometer desafíos para mejorar el nivel de vida. Entre otras actividades, comienza como cortador de pinos en los montes, actividad que conjuga montando un salón baile en Cortiñas animado únicamente por una gramola marca Victor La voz de su amo, (la del anagrama del perrito escuchando al lado del altavoz), que todavía conserva su hijo Oscar Cid Pérez, fruto del matrimonio con su segunda mujer Josefa Rodriguez Crespo, continuador de Gaseosas Cid. Gran aficionado a la caza, en la que había sufrido un accidente en una mano de la que sólo conservaba dos dedos, no impidió que se embarcara en lo que constituyó el fuerte de su carrera emprendedora con una de las primeras fábricas de gaseosas de la provincia de Ourense. En el año 1945, pone en marcha su fábrica de gaseosas con el nº de fabricante 3905 de la provincia de Orense, muy cerca del lugar que todavía fabrican, y donde todavía existen el pozo y las dependencias primitivas de la fábrica, que amablemente me mostró facilitándome las fotografías y envases que reflejo en ésta crónica. D. José Cid, comenzó la fabricación de gaseosas con una máquina de llenado manual que fue a comprar a la prestigiosa empresa Vázquez del Saz en Madrid dedicada a la fabricación de maquinaria y materiales auxiliares para la industria de las empresas envasadoras de bebidas y equipamiento para hostelería de aquel entonces. En aquel comienzo, la fabricación era de 10 cajas de 24 botellas a la hora. El jarabe, compuesto básicamente por sacarina, esencia de limón, de cítrico, dulcina, y algún que otro ingrediente más que se añadía al agua de la botella era uno de los secretos que todo gaseosero guardaba con celo, porque el resultado era el sabor característico que cada fabricante conseguía atendiendo al gusto de su clientela. Elaboraban dicha fórmula de sabor en un recipiente que posteriormente pasaban a garrafones para dosificar mejor su contenido que realizaban con un cacito, botella por botella. Además de la gaseosa tradicional, elaboraban refrescos de naranja, de limón y de café, una invención ésta última de bebida gaseosa con café que tuvo bastante éxito en su tiempo. También embotellaron sifones con Seltz, éstos sin serigrafía. En los comienzos de su fabricación de gaseosas, el reparto lo hacía él con un caballo que tiraba de un carro en un radio de unos 10 kilómetros a la redonda y ya en los últimos tiempos el reparto se hacía con un camión Ebro. El envase más utilizado al principio fue el de 400 cc que provenía en su mayor parte de Barcelona, pasando a la botella de litro a comienzos de los años 60  del pasado siglo que se fabricaba en Vanosa en Vigo.
 
Las tres variantes de gaseosa
 
 
 
 José Cid no quiso jubilarse, deseaba vivir de lo que trabajando podía ganar porque  no quería depender de un subsidio ni ser carga para el estado y por ello no dejó de trabajar hasta que llegó su hora. Un detalle curioso en la serigrafía de las botellas  fueron los errores en los anagramas de gaseosas Cid, debidos al error en la nomenclatura de la toponimia Cortiñas que está impresa en el anagrama de la marca, en las que unas veces imprimían Curtiñas y otras Crotiñas en vez del consabido Cortiñas, que como consecuencia, ésta rareza en la serigrafía de las botellas dio lugar a la búsqueda de botellas con éstas características parte de los coleccionistas y amantes del arte e historia de las gaseosas. Oscar Cid, hijo del pionero y emprendedor de Gaseosas Cid continúa la fabricación de gaseosas y sifones con sus hijos  David, Oscar y Sonia  que perpetúan unas de las empresas de fabricación de gaseosas con más arraigo en la provincia de Ourense
 


Óscar Cid ante la fábrica
 

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