Los orígenes de esta antigua fábrica, en la barcelonesa ciudad de Cornellá, se remontan a 1902, y su promotor fue Ramón Mulá, que contó con la ayuda financiera de una tía vinculada a este negocio en Barcelona. Sin embargo, Ramón Mulá estuvo poco tiempo al frente de la misma, y la titularidad pasó a su primo Ramón Rovira, que ya conocía el sector pues había trabajado para la tía común de ambos.
La fábrica estuvo situada en la calle Rubió i Ors, en pleno centro de Cornellá, ciudad donde se encontraba la mayor parte de su clientela, aunque también abastecían de sifones los casinos de las localidades vecinas, a las que en un primer momento hacían el reparto en carros tirados por caballos, antes de contar con vehículos a motor, como este Chevrolet del año 1923 que aparece en la foto:
De esa época tenemos también las etiquetas de la marca que distinguiría sus productos: "Oriental", que se acompañaba de la imagen de un sol naciente:
Una de las hijas de Ramón Rovira, Isabel, junto a su marido, Francisco Besson, se incorporaron a la fábrica, que tras la Guerra Civil atravesó las penurias propias de la época: falta de botellas, de materias primas, de suministros...A estas circunstancias se unió la temprana muerte de Francisco Besson, por lo que un joven Ramón Besson tuvo también que involucrarse en el negocio.
Pasadas esas duras décadas, el negocio fue desarrollándose y se adquirieron nuevos equipos, vehículos y botellas, aunque nunca perdió el carácter familiar.
Ramón Besson fue uno de los impulsores, a finales de la década de los 60, de la creación de la Sociedad Anónima CARESA (Carbónicas Reunidas), en la que se agruparon los 12 productores del Baix Llobregat que, a base de horas de trabajo e ilusión, consiguieron levantar una moderna fábrica de 10.000 metros cuadrados en Sant Boi de Llobregat, en la que llegaron a trabajar (socios incluidos) hasta 120 personas. La marca de gaseosa utilizada fue "Gaseosa Familiar", propiedad de La Industrial Carbónica de Barcelona, de la que Ramón Rovira había sido socio, y que también sirvió para la comercialización de los sabores naranja, limón y cola.
A constinuación mostramos imágenes de esas instalaciones:
Lamentablemente, la crisis del sector se llevó por delante también a este gigante, la misma suerte que corrieron tantas y tantas fábricas a lo largo de la geografía española.
Desde aquí mi agradecimiento a Ramón Besson por la información y las fotografías que han servido para recuperar la memoria de estas fábricas.
Fotografías propiedad de Ramón Besson