El incombustible Miguel Ángel Martínez Coello, imprescindible colaborador de este blog, vuelve a la carga con otro artículo sobre gaseosas gallegas...y su ampliación, dos en uno.
El Gaitero, La Castellana y Fluxento
Sabido es que
El Gaitero es la marca conocida por
todos de una sidra que nos ha acompañado desde hace mucho tiempo durante las
celebraciones caseras y sobre todo en las fiestas navideñas. Pero lo que mucha
gente no sabe es que también fue una marca de gaseosas de Quiroga, un municipio
de Lugo limítrofe con el de San Xoán de Río y Castro Caldelas.
Se tiene
conocimiento de que en Quiroga existió
también otra gaseosa conocida como La
Castellana, que figura con el nº
3472 del registro de bebidas refrescantes de Lugo a nombre de D. Manuel González Álvarez, pero más
conocida por “La Grabiela”, que así
llamaban todos a la buena de la Sra.
Gabriela, y que estaba ubicada a un lado de la plaza Mayor en la calle
Calvo Sotelo, un poco más arriba de donde estuvo la fábrica de El Gaitero.
En San Clodio, el municipio limítrofe con
Quiroga, existió la conocida marca FLUXENTO,
registrada a nombre de Manuel Gómez Montero con el nº de fabricante 3480. Aún no he tenido ocasión de
conocer el significado de tal denominación, aunque posiblemente se trate de
algún mote o apodo, una costumbre muy arraigada en Galicia. La costumbre viene de la época romana para
definir a alguien teniendo como referencia su aspecto físico, con una finalidad
solamente descriptiva y nunca ofensiva, como “El enano”, “El narices”… Y en Galicia
es de todos conocido el hecho de que hasta hace poco era imposible localizar a
alguien por su nombre o apellido real, pero sí por el sobrenombre que definía a
una familia o a alguien en particular y que se había transmitido de generación
en generación. Por ejemplo si preguntabas a alguien por Manuel Rodríguez Pérez,
nadie respondía afirmativamente, pero si preguntabas por “O Can Grande”, “O rato”, o “O fillo do mascarón”, todos
sabían a quién nos referíamos.
Pero hoy lo
que nos ocupa es la marca de gaseosas El
Gaitero. La cosa fue así: José Vega
González fue una persona de confianza del “Cachafeiro”. Para los que no lo sepan, Construcciones Cachafeiro fue una empresa de construcción orensana
de gran prestigio con obras en toda España y D. José Vega era, por aquellas fechas, el encargado de obra de dicha empresa en Madrid, hasta que un
buen día decidió volver a su Galicia a comienzos de los 60 del pasado siglo.
Recién
llegado a Quiroga compró un Seat 1500
de color rojo con el que se dedicó a labores de taxista, teniendo como base
principal la Estación de San Clodio, esperando al “Jaimito” que iba por Venta de Baños a Madrid o al “Shanghai”, también llamado “el catalán”
por los gallegos y “el gallego” por
los catalanes, porque enlazaba Galicia con Cataluña, tardando 36 horas en hacer
el recorrido Vigo - Barcelona, siendo trenes muy conocidos en la época.
Comentaba que la adquisición la tuvo que hacer en León porque allí tardaban solo
seis meses en entregarlo en vez de los doce meses a dos años que tenía que
esperar en el Orense o Lugo de entonces. Más adelante adquirió otro azul que
utilizó hasta que en 1964 compró la fábrica de Gaseosas el Gaitero. Entre envases y jarabes fue creciendo una
niña, que más parecía una princesa robada de un cuento, Sara Inés Vega, hoy alcaldesa
de Castro Caldelas, que tanto bien arrima a ese bellísimo entorno.
Pero D. José, viendo que lo de las gaseosas
no tenía futuro debido a la presión de las grandes firmas como la Casera, la
Pitusa o la Revoltosa, decidió montar un nuevo negocio en Monforte de Lemos… el
mítico Sésamo en la calle Huertas, hoy rúa das Hortas, calle también emblemática de una villa llena de
esplendor e historia. De esta
cafetería-restaurante-whisky club, poco hay que añadir. Es algo que pertenece
al glorioso y mágico pasado de Monforte
de Lemos. Todo lo que se diga es poco, pues desde la confección de menús,
la decoración de las mesas según temporada, los uniformes de los camareros…
todo era un rito.
Continuó la
saga del mítico Sésamo, La Polar, el España y el Castillo.
Aprovecho este
relato para recordar la memoria de Miguel
Macía Gonzalez, uno de los entrañables camareros monfortinos que trabajó en
todos ellos, que había comenzado en el también recordado Teatro Lemos, y que nos dejó en enero de este año.
Miguel Ángel Martínez Coello
Más sobre las gaseosas Fluxento….
Dña. Sara Inés Vega Núñez, a la sazón hoy preciada alcaldesa
de Castro Caldelas e hija de D. José
Vega González fabricante de las refrescantes gaseosas El Gaitero de Quiroga y
que fuera el emprendedor de la famosa cafetería-restaurante-whisky club SÉSAMO de Monforte de Lemos, me comentó que la denominación de las gaseosas FLUXENTO que regentó D. Manuel
Gómez Montero en San Clodio, era
debido a que él fue originario de la localidad así llamada a unos cinco kilómetros rio Sil abajo, y a un tiro de piedra de
Ambas Mestas, donde el río Lor entrega sus aguas trucheras al
todopoderoso Sil.
Decir también que desgraciadamente, como muchos bellísimos pueblos de Galicia, Fluxento ha quedado en el olvido, devorado
prácticamente por la naturaleza, a pesar de que muy cerca y compartiendo la
ladera norte del Sil, existen unos
importantes viñedos.
De todas
formas, a D. Manuel Gómez Montero se
le conocía como Fluxento que como ya
he indicado, en Galicia la práctica totalidad de la gente es conocida por el
sobrenombre o “alias” heredado de la familia o de la localidad de donde
proviene como en este caso.
Miguel Ángel Martínez Coello
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